viernes, 25 de febrero de 2011

No pienses en osos polares

Una vez me dijeron, "No pienses en osos polares", y algo sucedió, empecé a pensar en ellos. Creía que era una tontería, justo hice lo que me dijeron que no hiciera, cosas de la mente. Pero la cosa fue a más, un día descubrí que la cajera del supermercado era en realidad un oso polar, aquello me conmocionó, pero como embolsó bien mis compras no le dije nada. Esa misma noche comprobé también que el chico de la gasolinera era otro oso polar, ni siquiera me pidió propina, así que no vi motivos para llamarle la atención. Al día siguiente incluso vi unos cuantos más, compraban, conducían, jugaban en los parques, dirigían el tráfico, salían por televisión...
Estaban por todas partes, hasta que llegó el día en el que solo había osos polares, por todas partes. No sabía que hacer, ¿que pasaría si alguno se daba cuenta de que yo era diferente?, ¿porque nadie me miraba raro? Entonces lo comprendí todo, me miré en el espejo y me vi allí plantado, otro oso polar.
Para mi ya es demasiado tarde, pero a ti solo te puedo decir una cosa:
"No pienses en osos polares"