domingo, 30 de octubre de 2011

De mayor quiero ser pequeño

Prefería la época en la que hacer amigos era tan fácil como decir "¿Puedo jugar?" y la peor de las ofensas se olvidaba al escuchar "¿Me perdonas?". Esos años son, seguramente, los mejores años en la vida de cualquier persona, cuando la inocencia nos protegía de la maldad del mundo que nos rodea y nos desfigura con cada año que cumplimos. Con 5 años podías tener hasta tres novias, y todas ellas jugaban juntas en el recreo. No necesitabas dinero, lo que te hacia falta aparecía por arte de magia en tu habitación, ropa, calzado, material escolar, juguetes...
Cuando la mejor noche del año era la víspera de reyes, esos momentos de tensión pensando si vendrán o se les olvidará tu casa, y despertar a tus padres a las 7 de la mañana para descubrir, un año más, que los reyes no se olvidan de nadie.
Esos deberes que consistían en recoger hojas secas para hacer un mural o colorear los animales que hubieras visto en la excursión a la granja, aunque al final acabaras coloreandolos todos. Cuando el día terminaba a las 10 de la noche, y los fines de semana empezaban a las 7 para ver los dibujos. Cuando decir "tonto" e "idiota" eran las peores palabrota inimaginables y el peor de los castigos quedarte sin postre.
Si nos dieran a elegir una etapa de nuestra vida para no abandonarla nunca, el mundo sería una guardería gigante.

lunes, 11 de julio de 2011

Y lo hice.

*Me fui pero he vuelto
-lo veo
-no es el caso?
-me has perdido

*no es tan difícil
*no?

-es que me he liado
-no ha sido casualidad?
-es decir, te has acordado por eso?

*claro
-entiendo
-no era casualidad
-lo que yo decia

*crees que no exisiten?
*crees que todo esta programado?

-no
-el destino no esta escrito
-pero las cosas suceden por un motivo

*me mola
-somos dueños de nuestro destino
-pero cada acción que elijamos tendrá unas consecuencias

*cierto
-nosotros elegimos que hacer
-pero eso conllevará una serie de cosas
-las cosas pasan por un motivo
-pero también pueden no pasar

*y tanto que si
*miedo me da el futuro

-no debería
-aún no ha llegado
-y cuando llegue, será el presente
-bien pensado
-nunca conoceremos el futuro
-es imposible

*hoy estás espléndido
-en que sentido?
*filosofía propia
-entiendo
-si
-intento hacer una entrada
-pero no me sale

*no lo aparentas
-no es lo mismo una conversación
-que un monólogo

*haz una conversación
-lo haré

jueves, 26 de mayo de 2011

Me gusta...

Me gusta el cielo cuando no tiene nubes.
Me gusta acariciar a los perros detrás de las orejas.
Me gusta hablarle a los caballos.
Me gusta tumbarme en la cama a leer en verano con la ventana abierta.
Me gusta conducir.
Me gusta cantar cuando estoy solo.
Me gusta rascarme las picaduras.
Me gusta contestar el teléfono.
Me gusta sonreír involuntariamente.
Me gusta reírme hasta que me duelan las costillas.
Me gusta sacarle la lengua a los niños pequeños.
Me gusta llevar gafas de sol y que la gente no sepa a donde miro.
Me gusta el olor que se me queda en las manos después de cepillar un caballo.
Me gusta dormir entre perros.
Me gusta hacer grandes planes imposibles que se que no van a llegar a cumplirse.
Me gusta fantasear con ser un héroe.
Me gusta ver mis ojos de colores indefinidos.
Me gusta despertarme con el sol.
Me gusta la bandera de España.
Me gusta hacer cosas por impulsos, sin pensar en lo que va a pasar.
Me gusta el olor del campo.
Me gusta hacer como que bailo cuando estoy solo en casa.
Me gusta recordar cosas que no recordaba de cuando era pequeño.
Me gusta recibir sorpresas.
Me gusta estar nervioso la noche de reyes.

jueves, 24 de marzo de 2011

viernes, 25 de febrero de 2011

No pienses en osos polares

Una vez me dijeron, "No pienses en osos polares", y algo sucedió, empecé a pensar en ellos. Creía que era una tontería, justo hice lo que me dijeron que no hiciera, cosas de la mente. Pero la cosa fue a más, un día descubrí que la cajera del supermercado era en realidad un oso polar, aquello me conmocionó, pero como embolsó bien mis compras no le dije nada. Esa misma noche comprobé también que el chico de la gasolinera era otro oso polar, ni siquiera me pidió propina, así que no vi motivos para llamarle la atención. Al día siguiente incluso vi unos cuantos más, compraban, conducían, jugaban en los parques, dirigían el tráfico, salían por televisión...
Estaban por todas partes, hasta que llegó el día en el que solo había osos polares, por todas partes. No sabía que hacer, ¿que pasaría si alguno se daba cuenta de que yo era diferente?, ¿porque nadie me miraba raro? Entonces lo comprendí todo, me miré en el espejo y me vi allí plantado, otro oso polar.
Para mi ya es demasiado tarde, pero a ti solo te puedo decir una cosa:
"No pienses en osos polares"

miércoles, 12 de enero de 2011

No esta todo perdido

Hace unos días, yendo en el autobús, pude contemplar como un niño de no más de 5 años golpeaba a su madre, chillaba, lloraba, tiraba cosas al suelo por no se que motivo. La madre no hizo mucho por detenerlo, a parte de algunas palabras sin mucho énfasis. Una señora que se encontraba al otro lado, y que se podía ver que no tenía mas relación con dicho niño que la de compartir transporte, se afanaba en contentar al chiquillo con chucherías e incluso dinero. Ni que decir tiene que no lo consiguió, ni ella ni la mitad de pasajeros del autobús, que por turnos trataban de satisfacer a la bestia. Yo lo contemplaba todo desde un poco más atrás, atónito, al ver semejante muestra de mala educación, tanto por parte del niño como de la madre. Me marché si conocer el desenlace de la situación, pero de una cosa estoy seguro, algún día, ese niño será uno más de los miles de jóvenes maleducados, violentos, irresponsables que abundan en nuestra sociedad, y todo por no corregirle un mal berrinche.

Sin embargo hoy, cuando estaba en el autobús de vuelta a casa, ha subido al mismo una pareja con un carricoche en el que iba una niña muy bonita. Soy muy malo para las cifras a ojo, pero diría que tenia unos 3 años, seguramente menos, 2, no lo se. Yo estaba de pie, siempre me quedo de pie, así evito levantarme si sube alguien que necesite más el asiento que yo, y se han puesto delante mía, con lo que el carricoche quedaba de cara a mi. La niña, curiosa como todos los somos a su edad, una curiosidad inofensiva, dulce, natural, infantil, se me ha quedado mirando, y creo que le ha llamado la atención el hecho de que yo llevaba los auriculares puestos, porque se ha señalado en varias ocasiones las orejas mientras me miraba. Incluso he notado a intervalos sus pies en mi rodilla, nada de patadas, simplemente no dejaba de moverse en su asiento, observando todo cuanto la rodeaba. La niña ha seguido mirándome a intervalos, bajo la atenta mirada de sus padres, y yo le respondía con breves sonrisas, que también dirigía a sus padres para aliviar su tensión, creyendo ellos que la niña podía ocasionarme alguna molestia. He notado su tranquilidad cuando han dejado de interceder cada vez que la niña extendía la mano para intentar tocarme. Al final, mientras esperaba que el autobús parara y abriera las puertas para salir, me he "despedido" sacandole la lengua y haciéndole un par de guiños que solo ella ha contemplado de entre todos los pasajeros. Me alegra ver que no esta todo perdido...